Contrastamos los primeros resultados del estudio español de seroprevalencia con los datos notificados a lo largo de la epidemia - con sorpresa en La Rioja
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Actualizado el 28 de mayo con los datos del sistema de monitorización de la mortalidad diaria por todas las causas (MoMo)
El 13 de mayo se publicaron los resultados preliminares de la primera ronda (27/4 - 11/5) del estudio de sero-epidemiología de COVID-19 en España (ENE-COVID) basado en una muestra representativa de la población española de 60.897 encuestados. Indican que alrededor del 5% de la población española ha pasado la infección y ha generado anticuerpos, una proporción denominada seroprevalencia. No se han hallado diferencias significativas entre mujeres y hombres, si bien los valores son menores entre los niños. Como era de esperar, se dan importantes diferencias geográficos tal como se muestra en el siguiente mapa provincial.
A nivel nacional hubo un exceso de unos 43.000 fallecidos entre el 13/3 y el 21/5, que casi en su totalidad se produjo antes del 9/5, frente a unos 27.000 contabilizados como victimas mortales de la epidemia en este periodo.
Es de suponer que la diferencia de unos 16.000 se deberá en parte a fallecidos por coronavirus a los que no se hizo la prueba, pero también a otros factores como la mortalidad indirecta de la epidemia, es decir, fallecimientos por otras enfermedades, debido a no ser atendido a tiempo por el colapso del sistema sanitario, o por no acudir al hospital por miedo al contagio.
En cualquier caso, dado que la enfermedad es particularmente severa con personas muy mayores, también hay fallecidos con (y no por) coronavirus, que fueron contabilizados pero que hubieran fallecido de todas formas. Por ello, tal como veremos, en ocasión el exceso de mortalidad también puede ser menor que la mortalidad oficial de la epidemia.
Debe tener en cuenta que solo puede estimarse cuántas personas hubieran fallecido en circunstancias normales, por lo que también el exceso de mortalidad es solo una estimación.
Alrededor de la décima parte de los infectados fue detectada
Hasta el 13 de mayo a nivel nacional se notificaron 229.540 casos positivos en los que se detectó el virus SARS-CoV-2 (por PCR), lo que se acerca al 0,5% de la población española. Sumando los 43.106 casos notificados que dieron positivos en pruebas de anticuerpos (indicando una infección previa), no se llega al 0,6% de la población. Si como revela el estudio, en realidad el 5% de la población ha estado infectado por el virus, la tasa de detección se sitúa entre el 11 y el 12%, incluyendo los casos en los que se ha detectado a posteriori a través de los anticuerpos. Contando solo los casos activos detectados a través de PCR, la tasa no llega al 10%. Cabe suponer que la tasa de detección era particularmente baja durante la fase aguda de la epidemia, mientras que ahora, con menos casos y mayor disponibilidad de tests, los casos se detectan en mayor medida.
El siguiente gráfico muestra en su parte superior para todas las CC.AA. las incidencias acumuladas como proporción sobre su población: en el eje horizontal las infecciones reales según el estudio ENE-COVID19 y en el eje vertical los casos detectados, tanto por PCR solo (puntos redondos) como incluyendo también las pruebas de anticuerpos (extremo superior de las barras por encima de los puntos).
En la parte inferior del gráfico el eje vertical indica la tasa de mortalidad, es decir, los fallecidos notificados con coronavirus (puntos redondos) y también el exceso de mortalidad según el MoMo (el otro extremo de las barras que salen de los puntos), expresados como proporción de la población. En las CC.AA. más afectadas el exceso de mortalidad fue notablemente superior a la mortalidad contabilizado por COVID-19, sobre todo en Castilla y León (CL), Madrid (MD) y Cataluña (CT). En La Rioja (RI) en cambio, el exceso de mortalidad es inferior a la mortalidad oficial de la epidemia.
Como es lógico, tanto la incidencia de casos detectados como la tasa de mortalidad tienden a subir con la seroprevalencia. Sin embargo, La Rioja (RI) se desmarca de esta tendencia. Con una seroprevalencia supuestamente debajo de la media nacional, tiene una de las mayores tasas de mortalidad, solo superada por Castilla La Mancha (CM) y Madrid (MD), y es la CC.AA. que más casos ha notificado en relación con su tamaño poblacional con diferencia. Los datos implican que ha detectado el 50% de sus casos (cerca del 40% contando solo las detecciones por PCR), cuando tal como vimos a nivel nacional la tasa de detección está en torno al 10%. Tan elevada fue su eficacia que su mortalidad notificada supera claramente el exceso de mortalidad del MoMo. De hecho considerando el exceso de mortalidad en lugar de la mortalidad notificada, la anomalía mencionada anteriormente desaparece.
Aproximadamente 1 de cada 20 infectados pasó por el hospital y 1 de cada 200 por la UCI - Al menos 1 de cada 90 falleció
Según los datos del Ministerio de Sanidad, hasta el 13 de mayo 124.225 pacientes pasaron por los hospitales españoles por COVID-19, lo que suponen algo más del 5% de los infectados, y de ellos 11.456 (cerca del 0,5% de los infectados) también por la UCI. Se notificaron 27.321 fallecidos con coronavirus, lo que supone cerca del 0,06% de la población de España (tasa de mortalidad) y el 1,1-1,2% sobre los infectados según el estudio (tasa de letalidad). Basándose en el exceso de mortalidad según el MoMo, la tasa de mortalidad se eleva al 0,09% y la de letalidad se situaría alrededor del 1,8%.
Sin embargo, este último dato no implica el fallecimiento del 1,8% de los infectados, ya que como expusimos anteriormente seguramente una parte del exceso de mortalidad se corresponde con personas no infectadas (motalidad indirecta de la epidemias). La proporción de fallecidos entre los infectados se situará por tanto entre el 1,2 y el 1,8%. Es de suponer que la letalidad era particularmente elvada en la fase aguda de la epidemia, por un lado por la saturación del sistema sanitario y por otro por la falta de experiencia médica con el nuevo virus, mientras que ahora será cada vez más bajo.
En la parte superior del gráfico se muestra la tasa de letalidad por CC.AA. en base a los fallecidos notificados con coronavirus (oficial) y al exceso de mortalidad (MoMo). En la parte inferior se muestra la tasa acumulada de hospitalizados, desglosada según si han pasado también por UCI o no.
También aquí destaca La Rioja (RI). Si su incidencia acumulada de infectados es realmente tan reducido como indica el estudio de seroprevalencia, sus números de fallecidos oficiales y hospitalizados se traducen en unas tasas de letalidad y de hospitalización que casi triplican la media nacional y una tasa de ingresos en UCI que casi la duplica. Aunque también es cierto que en hospitalizaciones e ingresos en UCI, Asturias (AS) se le acerca bastante y que en base al exceso de mortalidad (MoMo), la letalidad de Castilla y León (CL) y Cataluña (CT) supera a La Rioja. En la parte superior se aprecia también una vez más que mientras las demás CC.AA. tienen un exceso de mortalidad superior o parecido a la mortalidad notificada de COVID-19, La Rioja tiene un exceso de mortalidad notablemente inferior.
¿Qué sucedió en La Rioja?
Como hemos visto, La Rioja supone un caso atípico. Como uno de los primeros focos de la epidemia en España se adelantó con las medidas de contención, lo que podría explicar su incidencia acumulada tan baja en comparación con los territorios limítrofes.
Según el Ministerio de Sanidad, es también la CC.AA. donde (hasta el 23/4) más test se habían realizado con diferencia en relación con el tamaño población, y dado que la incidencia en la comunidad se centró en focos muy concretos, es razonable suponer que los pudieron emplear de una forma más eficiente (es decir, con una mayor tasa de positivos), lo que explicaría que su tasa de detección era mayor. Y el hecho de que son la única comunidad cuya notificación de fallecidos supera de manera importante el exceso de mortalidad por todas las causas, así lo confirma. Este hecho también explica al menos en parte su tan elevada tasa de letalidad en base a los fallecidos notificados.
Pero aun en base al exceso de mortalidad del MoMo su letalidad seguiría siendo elevada, al igual que la tasa de hospitalización, posiblemente porque se vieron afectado en mayor medida las personas mayores.
También hay que tener en cuenta que debido al reducido tamaño muestral (1.323 entrevistados) que corresponde a esta pequeña cominidad autonoma, el intervalo de confianza de la seroprevalencia es relativamente ancho: 2,4 - 4,4%, y si la verdadera incidencia acumulada se sitúa en la parte superior de esta franja en lugar del 3,3%, las tasas de detección, hospitalización y letalidad se reducen.